Escort Prepago Anita
Villa
Hola soy Anita Villa, una bella chica prepago en Medellín, tengo 19 años de edad, cabello castaño, ojos oscuros.
Estoy dispuesta a complacer todo tipo de fantasías, soy muy divertida, cachonda, experta en principiantes. Me encantan la fiestas largas. Conmigo disfrutarás de un buen frances natural.
Doy sexo vaginal, anal, paja rusa y siempre te recibo con mi ropa sexy, una linda lencería para tí.

Edad | 19 |
Color de piel | Blanca |
Tamaño de busto | A |
Tamaño de cola | Delgada |
Contextura | Delgada |
Estatura | 165 CM |
Ubicación | MEDELLIN |
Color de ojos | OSCUROS |
Color de pelo | CASTAÑO |
Idiomas | Español, Ingles |
Intereses | Deportes |
Comida | colombiana |
Bebidas | whiskey |
Estilo de ropa | Casual |
Cirugías estéticas | Ninguna |
Servicios adicionales | Oral Natural |

1 Hora
COP 260,000.00

2 Horas
COP 420,000.00

5 Horas
COP 870,000.00
Medio de Pago:

Llama o escribeme, la pasaremos delicioso (Telegram, Whatsapp) -> (+57)| 300-872-4183|
Más perfiles:
03
jul.
Prostitución: ¿Necesidad a la mala o placer del bueno?
No por nada lo llaman el oficio más antiguo del mundo: la prostitución. ¿Surgió, acaso, por placer o por necesidad? ¿O, quizás, por ambas?En el milenio tercero antes de nuestra Era los mesopotámicos y babilónicos le rendían culto a Ishtar, Diosa del amor y la fecundidad, a través de sus esclavas ...
08
jun.
Prepagos paisas en Bogotá
¡Eh ave maría ome, las paisas! Que aburrido sería todo sin las paisas, en especial en un lugar tan frio y desculado como Bogotá. No es que las prepagos rolas no sean bonitas, pero sin duda las prepagos paisas tienen ese “algo adicional” que logra robar miradas… y erecciones. Encontrar prepagos paisas en Bogotá es posible, ¡incluso están más cerca de lo que piensas!
08
jun.
Prepagos Colegialas De las fantasías a tu cama
Todos los hombres hemos fantaseado alguna vez con una atractiva jovencita que está fuera de nuestro alcance. Quizás la vimos en el metro, con su faldita corta, los pechos firmes, y una mirada que solo podría interpretarse como: “Ni en tus sueños”. O, peor aún, gastamos nuestro dinero intentando convencer a una de estas señoritas de pasar la noche con nosotros