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September 27, 2022

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En el año 1984 el director alemán Wim Wenders nos mostraba, a través de su alucinante película “París, Texas”, lo que eran las cabinas de sexo o peepshows: un estrecho cubículo dividido con un grueso cristal en donde en uno de sus lados estaba una hermosa mujer acompañada por una silla y una cama y del otro lado, a oscuras para proteger su identidad, un cliente con un auricular telefónico a través del cual se comunicaba con la mujer y le giraba sus órdenes y deseos. En la película, esta inolvidable secuencia estuvo interpretada por la bellísima Nastassja Kinsky y el soberbio actor Harry Dean Stanton.

Pero el espectáculo del peepshow o peepbox proviene de mucho más atrás, desde el siglo XV y consistía en mirar a través de un agujero, mirilla o lentilla lo que ocurría dentro de una caja, en cuyo interior se podían apreciar dibujos, pinturas o escenas actuadas en vivo de carácter erótico o explícitamente sexual.

Con la llegada de la revolución tecnológica de las comunicaciones a través de internet y de teléfonos inteligentes, estos cubículos de sexualidad voyerista se transformaron en transmisiones de imágenes en vivo: la webcam. 

Tanto el legendario peepshow como la novísima trabajo webcam tienen en común que ambos apuntan hacia el voyerismo más puro y desatado: mirar para no tocar. Lo que significa que muchas de las chicas y chicos que participan de este negocio no se consideran a sí mismas como prostitutas sino como simples trabajadoras sexuales. En muchos casos, el o la modelo se hace confidente de su cliente, lo cual se traduce en fidelidad por parte de ambos actores.

Si bien la modalidad del sexo virtual ha venido en ascenso desde hace ya varios años, fue durante los largos meses de la pandemia del covid-19 que se disparó con gran fuerza. Sin embargo, no es un trabajo fácil. Uno de las situaciones más difíciles de manejar es cuando las modelos entran en contacto con ciertas aberraciones sexuales, como la pedofilia. Las modelos intentan manejar estos casos lo mejor que pueden, pero llega un momento en que se rinden y dejan de atender al cliente. Si trabajan para un estudio este tipo de decisiones son más difíciles de tomar ya que están obligadas a atender a todo el que lo pida. En las redes sociales una chica modelo confesó que se había retirado de trabajar para los estudios webcam justamente porque la obligaban a atender a todos los clientes, entre ellos a uno que semana tras semana le pedía que fingiera que estaba pariendo. La chica no lo soportó más y se marchó.

Otros morbos con los que deben lidiar los modelos webcam (tanto mujeres como hombres) son los clientes que buscan escenarios masoquistas y le exigen al modelo acciones mediante las cuales se hagan daño de manera evidente.

La extorción y el chantaje es otra de las amenazas que deben sufrir algunas de las modelos webcam: cientos de imágenes y videos al desnudo, procaces, con el rostro al descubierto o dejando al a la vista tatuajes que los identifican plenamente son factores que ponen en riesgo el supuesto anonimato de la modelo. El chantaje suele ocurrir cuando algún cliente logra reconocer a la modelo y está al tanto de su identidad. Allí se da inicio a un acoso de consecuencias impredecibles. Se conocen casos en que amigos personales de la modelo se convierten en desalmados e implacables extorsionadores. De allí surge una regla de oro que dicta que la modelo puede tener rostro, pero jamás puede tener nombre. Al menos no el verdadero.

Muchas modelos se ven sometidas a tal presión como consecuencia del chantaje o de las exigencias de algunos clientes, que buscan atentar contra sus vidas, lo que nos permite comprender la dureza de este oficio.

En Colombia hay Academias que se especializan en formar a las jóvenes aspirantes a manejar todas las herramientas involucradas con el medio y a entrenarlas para que desarrollen un comportamiento seductor y capaz de generar placer aún sin ser tocadas. Maquillaje, dicción y expresión corporal son algunas de las habilidades que se perfeccionan durante este entrenamiento. Decir NO cuando algo no le agrade a la modelo es uno de los aprendizajes más importantes que enseñan estas academias.

Contrario a lo que pudiera pensarse, la disciplina es un factor determinante para el éxito de una modelo frente a su webcam: mientras más horas pasen al día frente a la cámara, más posibilidades de trabajo tendrán. También deben conectarse a diario: si un cliente las busca y no las encuentra, probablemente se vaya a buscar a otra chica. La competencia es tenaz. Lo recomendable es estar disponible entre cinco a seis días a la semana, entre cinco y ocho horas al día.

Los Estudios, a los que muchos consideran como los nuevos proxenetas del medio, suelen quedarse con un alto porcentaje de las ganancias (hasta un 70% de la facturación total), sin embargo las modelos los consideran necesarios porque es una manera de entrar, aprender y comprender el negocio. Por otra parte, los Estudios garantizan un espacio físico debidamente acondicionado, una laptop con suficiente poder para transmitir voz e imagen de buena calidad, así como una muy buena conexión a internet. Toda esta tecnología cuesta mucho dinero y rara vez está al alcance de las principiantes.

En Medellín se calcula que existen más de 1.500 estudios de modelos de webcam, mientras que Colombia es el segundo país en el mundo en exportar contenidos de entretenimiento para adultos, lo que nos da una idea de la magnitud de este negocio. Pero en la gran mayoría de ellos las condiciones laborales son deplorables. En muchos casos las modelos reciben instrucciones en vivo de todos sus movimientos frente a cámara. Fingen que escriben, pero en realidad es otra persona quien lo hace por ellas, generando una profunda sensación de incomodidad, ya que las muestran como alguien que en realidad no son. Como consecuencia de esto, las chicas van rotando de Estudio en Estudio hasta encontrar condiciones que les permitan trabajar y desarrollarse como verdaderas profesionales del webcam.

La industria del webcam en Colombia es una actividad que no es ilegal, pero tampoco es del todo legal, ya que al no estar regulada por las leyes y organismos que monitoreen sus gestiones, cada Estudio se maneja a su antojo y voluntad, generando condiciones de trabajo que lo acercan peligrosamente a la explotación sexual.

Las imposiciones fiscales a los Estudios están sustentadas en el código 9609 de la normativa de la Cámara de Comercio colombiana y es ejecutada por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). Pero el Estado no sólo apunta a los estudios, sino que ha comenzado a dirigir sus tenaces garras hacia las propias modelos webcam en aquellos casos que hayan facturado o consignado mediante depósitos bancarios una suma igual o superior a los 46.418.000,00 pesos colombianos o que posean un patrimonio bruto superior a los 160.262.000,00 pesos.

De esta forma, el Gobierno colombiano pareciera estar mucho más interesado en imponer fuertes impuestos a este sector que en preocuparse por el bienestar y seguridad de las o los modelos, quienes son el verdadero pilar de esta actividad. Se llega incluso a situaciones tan paradójicas como lo es que la banca comercial, por ejemplo, se niegue a abrir cuentas a las empresas dedicadas al negocio de la Webcam, a pesar de que estos locales son considerados como contribuyentes de la nación.

Lo recomendable para las modelos de webcam es asociarse a agencias grandes, serias y de comprobado prestigio, como lo es nuestra página La Celestina, donde el bienestar del cliente y de sus chicas escort es una premisa. El respeto laboral a lo interno termina reflejándose a lo externo en el trato y la satisfacción que la escort es capaz de brindar a sus clientes. Sin duda una relación marcada por el principio de “ganar-ganar” en donde todos terminan satisfechos. Para trabajar como modelo webcam cumpliendo horarios que rayan en la explotación, pagando comisiones que rayan en la esclavitud, mejor trabajar como escort en La Celestina definitivamente

 

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