Escort Prepago Michelle
Montoya
Hola, mis ricos chicos lujuriosos, me llamo Michelle y soy una escort rubia, de bella figura y una cola divina, complaciente, y estoy dispuesta a cumplir todos tus deseos, caprichos y fantasías sexuales.
Tengo 20 años y estoy lista para ser tu perdición aquí en Medellín, para que disfrutes de todos mis atributos.
Me caracterizo por ser una chica ardiente, de besos apasionados, caricias y también las posiciones que quieras, con opción a anal, o también pasarla delicioso con tu pareja para un extra de pasión.

Las fotos del rostro son una aproximación del 80% de la apariencia real, por favor solicite por interno las fotos sin edición
| Edad | 20 |
| Color de piel | Blanca |
| Tamaño de busto | A |
| Tamaño de cola | Grande |
| Contextura | Atlética |
| Estatura | 163 CM |
| Ubicación | MEDELLIN |
| Color de ojos | VERDES |
| Color de pelo | RUBIO |
| Idiomas | Español e inglés básico |
| Intereses | noticias en general y política |
| Comida | típica Antoqueña |
| Bebidas | cocteles dulces |
| Estilo de ropa | deportiva |
| Cirugías estéticas | Ninguna |
| Servicios adicionales | Oral Natural |
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Reservados de lujo en Bogota
Es un secreto a voces que, en muchas discotecas, salas de masajes, clubes e incluso locales sin letrero en la ciudad de Bogotá se ofrecen “reservados” a clientes interesados y que puedan pagarlos. Si bien estos lugares son tan solo un lugar privado donde continuar tus actividades, un reservado de lujo es mucho más que esto. Debido a la complejidad de su situación legal, y aunque están protegidos por vacíos legales en Colombia, son muy discretos. No encontrarás publicidad de estos lugares en la web, mucho menos en las calles. Y, para hacerlo más interesante y misterioso aún, podrás ir solo si te llevan o si alguien que ya haya ido te invita. No llegas a un club de reservados por casualidad.
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Prepagos en Barranquilla
Hace un par de semanas me estaba asfixiando en mi rutina. El trabajo me estaba consumiendo y mi círculo me parecía un fastidio. Necesitaba escaparme un fin de semana. Sabía lo que quería. En búsqueda de diversión, sensualidad y calor, hice una maleta pequeña, metí mis guayaberas y tomé el primer avión que encontré para Barranquilla. ¿Por qué? Porque sí. Hace tiempo tenía ganas de conocerla y ahora podía, y además lo necesitaba.



